Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

sábado, 1 de abril de 2017

El poeta Miguel Hernánde y el obispo de león d. Luis Almarcha

El poeta y el obispo

ernesto escapa /Norte de castilla
01/04/2017
 
Los 75 años de la muerte del poeta Miguel Hernández, a la edad de 31, evocan en León la memoria del obispo Almarcha [don Luis Almarcha Hernández], cuyo porte cardenalicio sembró la envidia entre los pudientes locales con su flota de haigas de importación. Viajaba en mercedes granate a su sitial en las cortes orgánicas, donde lo puso Franco de procurador perpetuo, y traía para la dieta del seminario partidas de carne peronista, naranjas oriolanas, legumbres de cebadero, pesca congelada, cemento abundante y pizarras para las mansardas. Era el botín que gestionaba en Madrid, valiéndose de su ascendiente pontifical y su vista gorda con la golfería azul. En León nunca molestó con admoniciones sus juergas y desmanes, porque conocía a la perfección el reparto de poderes y sabía surcar el piélago como nadie.

El mayor atractivo, para quienes sucesivamente integramos su caudalosa pipiolada, residía en los años lejanos de la juventud oriolana, cuando había sufragado la edición de las octavas reales de Perito en lunas (425 pesetas por trescientos ejemplares), sin aceptar su reembolso. Hablaba de ello con cautela e indisimulado gusto. Más tarde supimos que había desdeñado la súplica de cobijo del perseguido Miguel Hernández, que acudió a él en tiempos de desamparo y zozobra. El profesor provenzal Eutimio Martín, experto en el poeta de Orihuela, desveló su drama familiar. Porque el padre de nuestro obispo mató de un tiro [accidental]  en casa, el 30 de junio de 1919, a su hijo José, por volver a deshora y traicionar sus designios de confiar la prole en pleno a la carrera eclesiástica.
 El suceso, seguido de reclusión en el convento de monjas donde su hijo Luis oficiaba de capellán, conmovió a la levítica ciudad levantina e irritó a los primos, pero fue piadosamente silenciado con el paso del tiempo. Ya entonces, el hermano cura le aplicó los auxilios espirituales antes de avisar al médico.

Como hará en su agonía con Miguel Hernández, al exigirle el paso por la vicaría para celebrar matrimonio religioso, antes de socorrer su estado terminal. La boda fue el 4 de marzo y el traslado al sanatorio se autorizó el 21, pero su agonía ya no permitió moverlo. Murió la víspera de Ramos, después de las calamidades carcelarias que mudaron en tuberculosis la neumonía palentina. Aprovechó una libertad accidental de 15 días para volver a casa y meterse en la boca del lobo. Entonces resistió los intentos del vicario Almarcha por forzar la retractación de sus ideas. Nuevamente detenido, sus auxilios azules (Cossío y los ministros Sánchez Mazas y Varela) consiguieron rebajar a 30 años la pena de muerte dictada por Manuel Martínez Gargallo, el humorista que presidió el tribunal especial de Prensa diez años después de su estreno judicial en Murias de Paredes.