Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

martes, 25 de junio de 2013

Buscando a Miguel Hernández por Cartagena, La Unión y Cabo de Palos.

Por Ramón Fernández Palmeral.

En junio de 2013 me acerqué por unos días a La Manga del Mar Menor (Murcia), aquí monté mi campamento de viajes literarios Hotel Spark. Y desde aquí fui a Cabo de Palos, La Unión y Cartagena buscando vestigios de Miguel Hernández. Me quedé sorprendido de la belleza del lugar entre dos mares como el propio Miguel debió quedar enmudecido, sobre todo en el ocaso, cuando el sol se pone sobre el Mar Menor. Y disfruté al comtemplar los mismo lugares que había visto y pisado nuestro poeta. Hernández hacía los viajes en tren desde Orihuela, Murcia, Cartagena y La Unión, en uno de ellos perdió el famoso cartelón que he había hecho Rafael González Sáenz donde a modo de auca recitaba sus poemas. Para la "Elegia media del toro",  éste lo pedió en el tren de regreso a orihuela, Paco Díez le hizo otro..
 Miguel Hernández era un gran usuario de trenes para sus desplazamientos. En estre breve trabajo pretendo buscar e identificar las estaciones y lugares de Miguel en Cartagena, La Unión y Cabo de Palos.
(Estación del tren de Cartagena)
                  

            (Estación del tren de Murcia)
                      (Estación del tren en la Unión)                   

  (Miguel Hernández en Cartagena con dos amigas). Cartagena le dedicó el Paseo Miguel Hernández, una importante artería junto a la costa.

El ferrocarril era el medio de transporte que utilizado por Miguel Hernández y Ramón Sijé para trasldarse a Murcia y a Cartagena. Fue a Murcia para visitar a Raimundo de los Reyes en 2 de enero de 1933 conoció a Federico García Lorca en casa de éste. Y a Cartagena para visitar a Carmen Conde y Antonio Oliver fundadores de la Universiad Popular y dar a allí sus conferencias. En Cartagena en el Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy, se hizo una reproducción de la casa de Carmen Conde Abellán de Madrid.

                        (En el Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy)


Historia del ferrocarril en esta zona.-
  La estación de Cartagena es una estación de ferrocarril de carácter terminal situada en la ciudad española de Cartagena. El ferrocarril llegó a Cartagena de la mano de la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (M.Z.A.) el 24 de octubre de 1862 cuando la Reina Isabel II realizó un viaje inaugural entre Cartagena y Murcia.2 A pesar de ello el ferrocarril no se puso realmente en funcionamiento hasta el 1 de febrero de 1863 dando los primeros pasos de un trazado que pretendía enlazar en Albacete con la línea Madrid-Alicante. Cuenta con servicios de media y larga distancia operados por Renfe. El edificio para viajeros, de estilo modernista fue construido entre los años 1906 y 1907 por el arquitecto Víctor Beltrí, bajo planos del ingeniero civil Ramón Peironcely  con la colaboración del ceramista Daniel Zuloaga. Situación ferroviaria La estación se encuentra en el punto kilométrico 524,6 de la línea férrea 320 de la red ferroviaria española que une Chinchilla con Cartagena,1 a 5,22 metros de altitud. El elevado kilometraje se debe a que es Madrid la que se toma como kilómetro cero de la línea y no Chinchilla.
   No me caben dudas de que Miguel Hernández fue a La Unión en tren desde Cartagena, después de haber visitado de Carmen Conde y Antonio Oliver a finales de agosto de 1935, para ver a María Cegarra (según se desprende de las cartas).

Romería de los amigos de Cartagena a Orihuela

(Romería literaria a Oleza 2 de octubre 1932. En el centro vemos a María Cegarra, (vestida de negro) a su lado izquierdo Carmen Conde y Antonio Oliver)  Vinieron invitados por Ramón Sijé para la inauguración del busto dedicado a Gabriel Miro.



El tren de Cartagena a la Unión, llamado el tren Minero.

Con todo su inauguración fue posible el día 14 de Octubre de 1874,   aunque fueron suprimidos del proyecto inicial los ramales  a Escombreras y Portmán. La estacion de Cartagena se hizo en lugar cercano a las Puertas de San José, para salir por la muralla que rodeaba Cartagena.
El  proyecto inicial se hizo con un recorrido de 8.700 metros, distancia existente entre  la estación de Cartagena y la de "Herrerías" (estación Vieja de La Unión), que estaba situada al entrar a la ciudad minera, precisamente en el mismo lugar que actualmente ocupa el Parque de Educación Vial del Ayuntamiento de La Unión. La estación Vieja disponia de un edificio,de planta baja y techo plano. y otros servicios.


                  (Calle Miguel Hernández en La Unión)

Es muy posible, aunque no hay documentación, que la excursión o romería cultural de los amigos de  Miguel Hernández en Cartagena tomaran este tren para ir hasta La Unión, el pueblo de nacimiento de María Cegarra para aperase aquí, y luego tomar algún omnibus para diriguirse por carretera hasta el faro de Cabo de Palos, donde se hieron una fotografía. El 28 de agosto de 1935, con motivo del tricentenario de Lope de Vega. Leyeron "El caracol del faro" de Gabriel Miró.
 

Leer un trabajo sobre Miguel Hernández en Cartagena.

Breve reseña biográfica de MARÍA CEGARRA:


    b) Tres cartas a María Cegarra

    María Cegarra Salcedo (Ana María Otilia), nació en La Unión (Murcia) en 28 de noviembre 1899, en calle Mayor de la Unión. Tuvo dos hermanos Pepita y Andrés. Fue la primera mujer perito químico de España, ejerció la docencia durante 40 años en Cartagena, obtuvo la cátedra de Químicas en la Escuela de Peritos Industriales.  Además de poetisa, era amiga del matrimonio Antonio Oliver y Carmen Conde, fundadores de la Universidad Popular de Cartagena. María y Miguel se conocieron en el homenaje a Gabriel Miró Ferrer (Alicante,1879-Madrid, 1930) celebrado  en Orihuela el 2 de octubre 1932 y organizado por Ramón Sijé, alma del homenaje, cuyos primeros casos, según nos cuenta Vicente Ramos Pérez, se dieron en julio de 1931, el comité estuvo integrado por José María Olmedo, José María Pina Brotons, José María Ballesteros, a quienes se les unió más tarde Augusto Pescador, Miguel Hernández. Previamente Sijé le dedicó a María Cegarra su conferencia «Oleza, Pasional natividad estética de Gabriel Miró», que leyó el 30 de septiembre de 1932 en la Universidad Popular de Cartagena (antigua Escuela de Comercio).
      La vuelve a encontrar  a comienzos de 1933 cuando Miguel fue a la Universidad Popular de Cartagena a presentar Perito en lunas. María no le presta demasiada atención, no lo considera el hombre de su vida. María es unos años mayor que él. Hubo una amistad de tres años.
      Miguel, después de su ruptura sentimental con Josefina, se refugia en las cartas de María Cegarra, le hace una visita a La Unión, en tren desde Cartagena (26 y 27 de agosto 1935), donde le llevó unos sonetos ya escritos de El rayo que no cesa,  que da título al soneto número 2, «... con todo el fervor de Miguel».  En carta de primero de octubre de 1935, el vaije de Miguel a La Unión se confira en una frase donde escribe:  "Cuando me dijiste ahí [La Unión] que estabas contenta y eras feliz en ese reducido aire minero, no me lo creí. Adiviné que hablabas así porque sabías que yo venia de casa de Carmen [Conde] y me había dicho que llevabas una vida muy... no sé".
    Además Miguel le regaló  el manucristo de El rayo que no cesa a María.
    Por ello María Cegarra siempre creyó ser la destinataria de la dedicatoria del libro, y así se hace constar en algunas seudo-biografías.  Se inicia una relación epistolar o flirteo epistolar, ya que él necesita una musa donde desahogar sus pensamientos amorosos (el amor cortés). Jose´ Mª Rubio Paredes publicó tres cartas en 1988.  Ella es una mujer inteligente y comprensiva que le escucha, que le sabe entender.  María dejó de escribirle, y por ello se sintió muy dolido como se ve en la carta que escribiera al matrimonio Oliver en octubre de 1935: «Por lo visto, tampoco tiene interés conmigo...»
     Cuenta Pérez Álvarez (La Lucerna nº 29, 1994),  que  recibió una carta de María Cegarra de fecha 28 de enero 1979,  en la que le dice que poco puede aportar a la biografía de Miguel, «pues mi amistad fue breve, apenas iniciada la terminó la guerra, y ya no nos vimos más. Conservo de él el grato recuerdo de su inteligencia y bondad». Además le decía que guardaba sus cartas que eran para ella un gran tesoro pero decidió que no fueran del dominio público. Las cartas aparecieron a la muerte de María en la que había declaraciones de amor, un amor puro, y reproches de por qué ella no le contestaba a sus cartas.
 A María le agrada Miguel por su inteligencia pero no como posible enamorado o partido. María como poetisa pertenece  -como dice Carmelo Vera- a la llamada generación del 27, aunque por obra publicada a la del 36. Es autora de Cristales míos (1935), con prólogo de Ernesto Giménez Caballero, dedicados a su hermano Andrés (de larga y fatal muerte). En 1978 apareció su segundo libro Desvaríos y fórmulas, inspirado en sus años de docencia.  Y en 1987 publica  Cada día contigo.
      Tampoco creo en un amor platónico o petrarquista que se ha escrito, sino en una corta relación afectiva epistolar.
      Falleció el 26-03-93 en Cartagena. No hay constancia de que escribiera sus memorias, aunque la verdad ha sido una escritora injustamente olvidada.
Según leemos en la página web de la  Fundación Cultural Miguel hernández, encontrasmo las siguentes notas:

    EPISTOLARIO CEGARRIANO
   La escritora y química María Cegarra conservó tres cartas de Miguel Hernández, escritas con el membrete de Espasa-Calpe. Esto dio lugar a especulaciones sobre una posible relación sentimental entre Miguel y María, lo cual supuso una gran aportación a la biografía del poeta. Tres de estas cartas no fueron publciadas, se vendieron y las compró la Diputación de Alicante en 1997.
   Son unos textos que salieron en Madrid a subasta en dos millones y medio de pesetas. Posteriormente la Diputación Provincial de Alicante compró por un millón y medio de pesetas el Archivo completo de María Cegarra, de donde podemos destacar el legado epistolar que confirma la relación entre ambos poetas. Este archivo incluye el manuscrito inédito del soneto «El rayo que no cesa», que fue dedicado a María Cegarra en 1935. Ella también lo recordará en las últimas páginas de su libro de poemas «Cada día conmigo»:
  «Deseo que la lectura de este pequeño libro deje un grato recuerdo, terminándolo con los versos de ‘El rayo que no cesa’, en su versión original, a mí dedicada».
      Y en el colofón del citado poemario escribe:
«Si de pronto aparecieses...
El pasado tan lleno de ti estuvo
Que nunca fuiste ido».

Veamos fragmento de una carta manucrista de Miguel a María Cegarra de 7 de setiembre 1935, desde Madrid, mebrete de Espasa-Calpe, situada en Ríos Rosas, 26, Madrid.


Ana María Otilia nació en 1899. Su vida estuvo siempre ligada a la Ciudad Minera. Hermana del también escritor Andrés Cegarra. Fue profesora de Química siendo la primera mujer en España que obtuvo el título de Perito en dicha materia.
Gran aficionada a la pintura y a través de la poesía expresó sus sentimientos y emociones, como lo reflejan el gran número de obras que escribió.

Fue íntima amiga de Carmen Conde, la primera mujer que tomó asiento en la Real Academia de la Lengua Española, y de Miguel Hernández.
Entre sus nombramientos, distinciones y honores destacan:
  • Academia de la Real Academia de Alfonso X, el Sabio.
  • Primera concejala del Excmo. Ayuntamiento de La Unión.
  • Escritora 1991 del Gremio de Escritores de Murcia.
  • Hija Predilecta de La Unión.1992.

Muere en La Unión a los 94 años. La Capilla Ardiente fue instalada en el Instituto que lleva su nombre, declarándose dos días de luto oficial.

Colaboró en las revistas La Región, La Verdad, Tránsito, Levante Agrario, Títiro canta, Monteagudo, entre otras. Publicó su Poesía completa en 1987, con introducción de Santiago Delgado.

lunes, 24 de junio de 2013

Miguel Hernández ante el faro de Cabo de Palos (Murcia) verano de 1935


78 años depués de la visita de Miguel Hernández con un grupo de amigos en el verano de 1935. Ramón Palmeral se fotografió en el mismo lugar, ante el faro de Cabo de Palos.

 El 27 de agosto de 1935, con motivo del tricentenario de Lope de Vega, Miguel Hernández ofreció en el Ateneo de Cartagena un recital de versos escogidos del 'Fénix de los Ingenios', y al día siguiente acompañó a Carmen Conde y su marido en una excursión a Cabo de Palos, donde recordaron a Gabriel Miró con la lectura del poema de éste 'El caracol del faro', obra que está inspirada en las visitas nocturnas del escritor alicantino al faro de Cabo de Palos.

María Cegarra, buena amiga de Miguel Hernández de La Unión

(Busto a María Cerraga en La Unión, obra del escultor Galo Conesa Vargas. Fotos de Palmeral)


María Cegarra Salcedo. La Unión (Murcia), 1903 - Murcia, 26 de marzo de 1993.
 Poesía y química serán las dos aficiones que encuadran y protagonizan la biografía de María Cegarra Salcedo. Junto a ello, la unión de los hermanos Cegarra Salcedo es otro de los puntos de partida para entender la figura de esta unionense.
Nombrada Hija Predilecta del municipio el 24 de octubre de 1992. Un ambiente muy familiar De padre comerciante y madre maestra, no había en la familia Cegarra ningún precedente conocido de escritores ni poetas, siendo su hermano Andrés el que inicia la afición. Su madre, cordobesa, había venido a La Unión junto con unos familiares. El recuerdo que de ella tendrán siempre sus hijos será el de una mujer alegre y cantarina. Cuando llegó a la localidad murciana conocería al que se convertiría en su marido, persona reconocida en el municipio por hacer cambios en moneda extranjera. El matrimonio tuvo tres hijos, siendo María la segunda de ellos, y supieron crear un clima familiar muy cálido y cariñoso, manteniéndose todos muy unidos. María Cegarra nunca se casó.
ÇTuvo amores que no pudieron ser y se dedicó íntegramente a los suyos, acompañada de sus hermanos hasta que la trágica muerte los separara. La infancia de María transcurrió tranquila en las calles de su Unión natal, una infancia muy vinculada a su buen amigo Asensio Sáez, que compartirá además con ella su afición y posteriormente profesión por la escritura. Ambos desarrollaron sus vidas bajo el profundo respeto y devoción por su tierra, a la que dedicaron muchas de sus letras, a veces de forma conjunta. La figura siempre presente de Andrés y Pepita Las personas primordiales en la vida de María fueron sin duda las de sus hermanos, Andrés y Pepita. Él, adorado por María y convertido en el niño a quien dar su amor, su cariño y su apoyo. Luchaba junto a Andrés para que la enfermedad que le dejó postrado a una silla de ruedas durante catorce años no le mermara nunca la sonrisa. Pepita su segunda madre, su apoyo, su referencia más inmediata.
El sufrimiento y la pena de María en cada una de las pérdidas de sus hermanos, la de Andrés demasiado temprano, será el seno de su dolor pero también de su inspiración. Por la muerte de su hermano escribiría su primer poema publicado, Cristales Míos, y tras el fallecimiento de su hermana, muy cercano a su propia desaparición, surgiría su última obra, Poemas para un silencio. Con anterioridad al fallecimiento de su hermano en 1928 María nunca había escrito nada seriamente. Tras este suceso tan doloroso en su vida, se iniciará su camino poético, en primer lugar por la 'prolongación del recuerdo de Andrés, el deseo de mantener viva su memoria'. La Unión(Murcias).
Se conservan cuatro cartas de Miguel Hernández, que compró la Diputación de Alicante en una suabsta.


 LA SIERRA MINERA
 La Sierra Minera de La Unión-Cartagena se caracterizó por una fuerte actividad minera ya en tiempos de cartagineses y romanos. Sus yacimientos metálicos, principalmente de plomo y zinc, volvieron a ser explotados con el auge de la minería, en el siglo XIX y principios del XX, y a partir de 1950 la minería a cielo abierto provocó un brutal impacto sobre el paisaje, hasta el cierre definitivo de la actividad minera en 1991.
 Se ha configurado así un paisaje peculiar y único que hoy se encuentra salpicado de vestigios de aquellas épocas, con una gran riqueza y diversidad del patrimonio cultural y ambiental que hacen de la Sierra Minera, en su conjunto, un territorio-museo, que por su importancia y singularidad ha sido declarado como B.I.C. con categoría de Sitio Histórico. Una Sierra Minera que merece la pena visitar y conocer, a través de los recursos existentes para interpretar y disfrutar de su valioso patrimonio cultural, natural e inmaterial.

Presencia de Miguel
“Nadie,
-ni antes ni después de ti-
Supo, sabe
Pronunciar mi nombre.
Hacías una creación de la palabra,
Del tono, del sonido, del acento…
Entonces…
Te recuerdo en mi nombre
-aprendido de ti-
Que conmigo inseparable, llevo.
Inconsumible, ingrávido.
Sin muerte y sin dolor.”

martes, 18 de junio de 2013

Cita de dos artículos sobre Hernández y Lorca

(Fotocomposición de Palmeral, 2005)


En estos días he leído dos magníficos y documentados artículos sobre Miguel Hernández y Federico García Lorca que sacan a la luz la relación de amistad e intereses que hubo entre estos dos poetas del sacrificio.


A)
Uno es de Ángel Prieto de Paula titulado “¿Quiso Hernández ser Lorca?”, publicado en  Actas del III Congreso Internacional Miguel Hernández 1910-2010, celebrado con motivo del centenario de su nacimiento, páginas 33-43, edición del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil Albert, Alicante 2012. En un trabajo basado en cartas y documentos de actores tan fiables como Morla Lynch, Juan Ramón Jiménez, Zenobia Camprubí, Pablo Neruda, Rafael Alberti, Juan Guerrero Ruiz, Manuel Fernández-Montesinos García (sobrino de Federico), Manuel Altolaguirre más los estudios de Eutimio Martín y otras referencias biográficas, nos aproxima de una visión exacta de la relación de amistad entre Hernández y Lorca, donde desgrana, escudriña y argumento tras argumento, que efectivamente el pastor-poeta, quería emular el prestigio literario poético y el éxito teatral del granadino que ya se había  estrenado en Madrid, viajado a Buenos Aires, y ganado en Madrid del 27, y al que Hernández trató de emular en las tertulias y reuniones literarias como las tertulias nerudianas en Café Correos i en su casa de Miraflores.
Cita y recuerda Prieto de Paula, muy acertadamente, en la actitud temeraria e irrespetuosa de Miguel hacia Federico en la primera carta de 30 de abril de 1933 “dolido por la que considerada desatención” de su libro Perito en lunas. Federico le contesta educademnte para consolarle, sin pode “disimular la incomodidad que le había provocado el tono desabrido de las exigencias perentorias del joven, que en un solo libro reclamaba un puesto en el panteón (sic) [laurel o divinidades] de los nuevos poetas”. En la carta de 30 de mayo del 33, faltando el respeto de la misiva anterior es cuando logra vencer el rumbo de la posible cordial amistad cuando se direige a él como: “Dispensa, Lorca, amigo, calorré de nacimiento”… Lo de corralé de nacimiento, no debió gustarle a Lorca, pues no era gitano, carga que llevo siempre a su pesar por su Romancero Gitano de 1929, donde todos los  personajes de esta conjunto de poemas son gitanos. Quien de verdad era gitano por parte de madre en Hernández.
También advierte Prieto de Pala que esta vinculación Lorca-Miguel fue la que le salvó la vida al conmutarle Franco, peor mediación de los falangistas, la pena de muerte por la de treinta años de reclusión, pues deseba evitar el desprestigio internacional de régimen como ya había ocurrido en el “Caso Lorca”.
Por este trabajo tan certeramente argumentado deduzco que Hernández sí quiso ser Lorca, además a mediados de 1937, Hernández fue nombrado en Valencia directo de “La Barraca”, cargo que no llegó a ejercer, aunque sí acudió invitado por la República al Quinto Festival de Teatro Soviético en septiembre-octubre de ese mismo año. Lo cual evidencia que teóricamente para el Ministerio de Instrucción Pública era el sucesor de Lorca.


B)
El otro artículo es de Francisco Esteve Ramírez titulado “ Miguel Hernández y Federico García Lorca”,  publicado en el libro Huellas de Miguel Hernández, Ediciones de la Torre, Madrid, 2012, pp 39-43, donde también nos recuerda el primer encuentro de Hernández con Lorca el 2 de enero de 1933 en casa del periodista murciano Raimundo de los Reyes, a donde había ido Miguel a recoger la galeradas de Perito en lunas, que se publicaría en ediciones “Sureste”, de La Verdad de Murcia  20 en el ya aludido mes y año. Lorca se encontraba en Murcias representando con “La Barraca”, La vida es sueño de calderón de la Barca con el teatro universitario. La gira venía desde Elche y Alicante.
     Esteve nos reseña las cuatro cartas de Hernández a Lorca y la dos que este le contestó. También hace cita a su “Elegía Primera” publicada en Viento del pueblo de 1937. Además nos recuerda la cita que Miguel hizo de Federico con el poemas “Llamo a los poetas”, en el poemario El Hombre acecha, 1939 aunque ya Federico no podía responde a su llama poética pues había sido fusilado en 1936.
     Para concluir cita Esteve a Juan Chabás (1943:31) que son dos poetas caído por España y la poesía; y a Leopoldo  de Luis (2004:588), quien añade a Antonio Machado con los tres poetas de “muertes injustas extemporáneas e injustas”. Recuerda que fue Juan Ramón Jiménez quien reseña a los poetas más señalados muerto durante la guerra Miguel de Unamuno, Antonio Machado, Federico García Lorca y Miguel Hernández.

En definitiva, con estos dos trabajos coincidentes y a la vez complementarios disponemos de una información y conocimiento actualizado de la relación amor-odio entre estos dos poetas universales.

Ramón Fernández Palmeral
Alicante, 18 de junio 2013 

miércoles, 12 de junio de 2013

Museo Carmen Conde y Antonio Oliver en Cartagena. Amistad con Miguel Hernández


Un poeta junto al mar [Cartagena]

11.04.10 - 02:03 -




La presencia de Miguel Hernández en la cultura cartagenera nace de la amistad con Carmen Conde y Antonio Oliver, que compartieron admiración por el también poeta oriolano Gabriel Miró. Su muerte en 1930 supuso una gran conmoción para los escritores cartageneros y poca gente sabe que fue en Cartagena donde se compusieron y publicaron las más bellas elegías en honor de este poeta.
Es indudable que una de las claves de la proyección nacional de los intelectuales cartageneros fue la estrecha amistad que unió a Miguel Hernández con Carmen Conde y su marido, Antonio Oliver, nacida por la común relación con Raimundo de los Reyes, la colaboración con el Ateneo de Alicante y el fervor hacia la figura de Gabriel Miró, compartida como sabemos con los hermanos Cegarra y Antonio Ros. Todos ellos se convierten en grandes amigos desde la aparición del número extra del periódico literario 'El Clamor de la Verdad de Orihuela' dedicado a la figura de Gabriel Miró, donde Miguel publicó su poema 'Limón'.
Su relación con la Región
La relación personal de Miguel Hernández con la Región de Murcia fue intensa desde comienzo de los años 30, llegando a tener una cierta proyección pública a partir del 10 de julio de 1932, cuando visitó el diario 'La Verdad'. En enero de 1933, gracias a la intervención de Raimundo de los Reyes, director de la sección literaria del diario, Miguel Hernández pudo conocer en Murcia a Federico García Lorca, que se encontraba realizando una gira con La Barraca. Aprovechando la ocasión Raimundo de los Reyes llamó a su amigo Miguel para que corrigiera en su propia casa las pruebas de su primer libro, publicado en Murcia, 'Perito en lunas'. Fue en aquella ocasión cuando se llevó a cabo la presentación y el encuentro.
Esta entrevista murciana sería el principio de una relación ciertamente curiosa y compleja entre estos dos grandes poetas, que quedarían unidos en nuestra mitología literaria por el común trágico destino de sus vidas. Miguel quedó profundamente emocionado por este encuentro con el ya consagrado poeta granadino, que mantenía una intensa relación con la región a través del Suplemento Literario de 'La Verdad' y la revista 'Verso y Prosa', donde aparecían sus colaboraciones. García Lorca vestía aquel día el mono de La Barraca y se dirigió por la murciana calle de la Trapería con Raimundo De los Reyes hasta la casa de éste. Con el texto de 'Perito en lunas' en manos de Federico, mantuvieron una animada conversación, que terminó con un largo y amistoso paseo por la orillas del río Segura en el que García Lorca acabó contagiándose del buen humor e ingenio de Hernández.
Su amistad con María Cegarra
Miguel Hernández conoció a María Cegarra el 2 de octubre de 1932 en Orihuela, con ocasión de la inauguración del busto de Gabriel Miró en la Glorieta de dicha ciudad. La casualidad del incidente entre Ernesto Giménez Caballero y Antonio Oliver propició este encuentro. Al acto de Orihuela había sido invitado Azorín, pero no contestó a la invitación ni fue al acto. Le sustituyó Ernesto Giménez Caballero, quien en su discurso comentó de forma irónica refiriéndose a los conservadores: «...nosotros los que hemos traído la República...»
Y Antonio Oliver, en medio de un gran nerviosismo, le increpó acusándole de mentiroso. Ante este hecho intervinieron los servicios de seguridad, que se llevaron detenido a Antonio Oliver. Mientras tanto, Carmen Conde y María Cegarra permanecieron en la cafetería del Hotel Palace, donde también acudió Miguel Hernández, que entregó a Carmen Conde, sin alterarse demasiado por lo sucedido, el texto autógrafo de 'Perito en Lunas', que ya estaba en imprenta aunque no saldría hasta el año 1933.
La vinculación de Miguel Hernández con Cartagena y María Cegarra se hace muy intensa desde aquel momento: existen unas cartas, poco conocidas a nivel nacional, en la que se vislumbra una intensa relación entre ellos, truncada en parte en 1935 cuando Miguel Hernández se comprometió con Josefina Manresa. A pesar de la indiferencia de María a los requerimientos del poeta oriolano, sin duda provocada por las profundas creencias religiosas y la estricta educación de María, en su obra poética es evidente la presencia de Miguel Hernández, especialmente en su obra 'Cristales míos'.
Carmen Conde y Antonio Oliver tenían un gran aprecio personal hacia Miguel, y le hacían partícipe de su labor cultural y pedagógica: el 28 de julio de 1933 el poeta oriolano recitó por mediación del matrimonio en la Universidad Popular (UP) varias de sus composiciones, aún inéditas.
Desde aquel verano la relación de Miguel Hernández con el círculo cultural cartagenero se ampliará, publicando en la prensa de la ciudad otros trabajos. Dos años después, el 27 de agosto de 1935, con motivo del tricentenario de Lope de Vega, Miguel Hernández ofreció en el Ateneo de Cartagena un recital de versos escogidos del 'Fénix de los Ingenios', y al día siguiente acompañó a Carmen Conde y su marido en una excursión a Cabo de Palos, donde recordaron a Gabriel Miró con la lectura del poema de éste 'El caracol del faro', obra que está inspirada en las visitas nocturnas del escritor alicantino al faro de Cabo de Palos.
Volviendo a la relación con María Cegarra, la investigadora Belén Pardo sostiene, basándose en la correspondencia publicada de Miguel Hernández, que 'El rayo que no cesa' está dedicado a María Cegarra y no a Josefina Manresa.
Según este testimonio, está demostrado que en julio de 1935 su relación con Josefina estaba deteriorada. Miguel residía entonces en Madrid e iba periódicamente a Orihuela a ver a sus seres queridos, pero escribió a Carmen Conde y a Antonio Oliver para que le invitasen a Cartagena y poder así estar con ellos y con María unos días, lo cual consiguió finalmente, no logrando, sin embargo, conquistar definitivamente el corazón de la escritora unionense.
En 1936 la relación de Miguel con Cartagena se centra en la publicación de sus artículos de prensa en homenaje a Ramón Sijé. Todos los intelectuales cartageneros se unieron a la iniciativa de crear una beca de estudios en honor a su memoria, lo cual les granjeó la estima de su íntimo amigo Miguel.
Tras aquella última colaboración, la vida de Miguel Hernández fue complicándose, y al mismo tiempo la situación política y social del país se hizo insostenible: la Guerra Civil Española, dividió e hizo tomar partido a muchas familias y a muchos amigos. Y fue efectivamente la Guerra lo que rompió estos lazos de amistad, amor y cultura entre los escritores murcianos y alicantinos, lo que destrozó los sueños forjados por una Generación irrepetible, de la que es uno de sus mayores exponentes Miguel Hernández, que conoció tras el conflicto la prisión y la muerte.
EPISTOLARIO CEGARRIANO La escritora y química María Cegarra conservó cuatro cartas de Miguel Hernández, escritas con el membrete de Espasa-Calpe. Esto dio lugar a especulaciones sobre una posible relación sentimental entre Miguel y María, lo cual supuso una gran aportación a la biografía del poeta. Son unos textos que salieron en Madrid a subasta en dos millones y medio de pesetas. Posteriormente la Diputación Provincial de Alicante compró por un millón y medio de pesetas el Archivo completo de María Cegarra, de donde podemos destacar el legado epistolar que confirma la relación entre ambos poetas. Este archivo incluye el manuscrito inédito del soneto «El rayo que no cesa», que fue dedicado a María Cegarra en 1935. Ella también lo recordará en las últimas páginas de su libro de poemas «Cada día conmigo»: «Deseo que la lectura de este pequeño libro deje un grato recuerdo, terminándolo con los versos de ‘El rayo que no cesa’, en su versión original, a mí dedicada». Y en el colofón del citado poemario escribe: «Si de pronto aparecieses... El pasado tan lleno de ti estuvo Que nunca fuiste ido».


LEER MÁS SOBRE MIGUEL Y CARTAGENA

jueves, 6 de junio de 2013

Antología de retratos de Miguel Hernández

Creación de Ramón Fernández Palmeral .

Texto del vídeo:


   “Miguel era tan campesino que llevaba un aura de tierra en torno a él. Tenía una cara de terrón o de papa que se saca de entre las raíces y que conserva frescura subterránea. Dijo de él Pablo Neruda”.

  Miguel Hernández es el poeta español al que más retratos le han dedicado, según podemos ver en la iconografía existente. Son innumerables y no hay registro, que sepamos, de todos ellos. Esta muestra no es más que una  antología  de retratos donde aparece su rostro donde se han aplicado diversas técnicas, bien a lápiz, plumilla, caña con tinta china, óleos, acuarelas y técnicas mixtas. Muchos de ellos realizados por artistas de renombre nacional e internacional.

    Hemos descartado las esculturas, ilustraciones de libros y revistas, portadas de discos y los  murales que se encuentran dispersos por la geografía española.

   Esto es solo una muestra recopilatoria de lo que hemos encontrado en libros, revistas, prensa y antologías.   Creemos que es necesario hacer una clasificación y  archivo de toda la iconografía existente sobre nuestro poeta, dividido en:
a)      Dibujos realizados por Miguel Hernández
b)      Dibujos y pinturas de autores contemporáneos
c)      Dibujos y pinturas de autores posteriores a 1942
d)     Exposiciones, homenajes, carátulas de discos y murales

  Creemos que el primer retrato dedicado a Miguel es el de Rafael González Sáenz, el segundo el de Benjamín Palencia, luego el Buero Vallejo, el más imitado. Se podría nombrar a ilustradores como Eduardo Vicente, Paco Díe, Miguel Abad Miró, Ricardo Fuente, Adolfo Pérez, Miguel Prieto, Antonio López Monsalvo, a Eva Ruiz, a Palmeral, Pepe Botella, Eugenio Chicano, José Díaz Azorín, Dionisio Gázquez, Amalia Navarro, Toñi Bonmati, Juliana Javaloy, Lorenzo Fernández, Martigodi, Maria Dolores Barbeyto, Alejando Pertusa, Jordi Jordá, Roberto Fernández, Conde Corbal,  Javier Calvo… la lista sigue y sigue, cuyos nombre no caben es este documental.

   Este documental quiere afirmar lo comentado al principio:  Miguel es el poeta español más retratado por los artistas.

miércoles, 5 de junio de 2013

Hoy 5 de junio se cumplen los 115 años del nacimiento de Federico García Lorca

Federico García Lorca en portada hoy de Google

Lorca protagoniza la página principal del buscador en el 115º aniversario de su nacimiento y coincidiendo con el homenaje realizado por la ciudad de Nueva York

CADENA SER   05-06-2013
El poeta granadino Federico García Lorca, nacido en la localidad de Fuente Vaqueros (Granada) en el 5 de junio 1898, encabeza hoy las búsquedas de Google. Una imagen de un hombre y una mujer que cruzan a caballo un bosque redirige a los internautas a una búsqueda por el nombre del autor de obras poticas como Romancero Gitano o Poeta en Nueva York. dramatur Bodas de sangre, Yerma, La casa de Bernarda Alba.
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"Amistad" entre comilla de Lorca y Hernández

Se habían conocido en Murcia el 2 de enero de 1933 en casa de Raimundo de los Reyes. Miguel Hernández era un novato en poesía, estaba esperadon publicar Perito en lunas, al final de ese mes. Miguel le escribio 4 cartas, Lorca le respondio con una.

Según escribre José Lusi Ferris biógrafo de Miguel, leemos

 "Sufrió el desprecio de muchos intelectuales de la época, empezando por Federico García Lorca", aseguró Ferris a Levante-EMV. ¿Un ejemplo? El autor de Poeta en Nueva York dio "órdenes expresas de que no le dejaran entrar donde él acudía". El desprecio era literario y personal, afirma. "Lorca tenía alergia a Miguel Hernández, porque no soportaba a los rústicos, a aquellos que no se cuidaban y no mostraban un aspecto burgués. No soportaba sus pantalones de pana. Luis Buñuel contaba que a él no dejó que lo acompañara a una visita por no llevar corbata", asevera el experto.
En el terreno poético, Lorca era el epicentro en Madrid, abunda, "y Miguel llega lleno de vitalidad y llamaba la atención sin hacer nada. Eso causó también cierta manía, aunque no por su obra, aun no difundida". Incluso se puede hablar de una alergia política, apunta el biógrafo, porque durante la Guerra Civil "Rafael Alberti quiere ser el poeta del pueblo y realmente lo era Hernández".

(Levante.com. 28 de enero de 2010)

martes, 4 de junio de 2013

"Besarse es tan natural como mear". Lo amores de Miguel en 4 sonetos y una elegía





Los amores de Miguel Hernández en 4 sonetos en “El rayo que no cesa”

“Besarse es tan natural como mear”,  escribió  Miguel Hernández a su novia Josefina Manresa en una carta de 27 de julio de 1935


  Odio esa gente idiota que se le pasa todo el día hablando de si ha visto a la vecina besándose con el novio. ¿Y sabes lo que es eso? Ganas de que la besen a ella también y que se las aguanta porque no puede tener un hombre que le ofrezca los labios. Tú fíjate en que casi todos los que hablan mal de esas cosas, tan naturales como mear, son solteronas o curas: las dos clases de personas que menos falta hacen en el mundo porque lo envenenan. Te digo en muchas cartas que te voy a dar un beso cuando llegue ahí, y tú, como una hipócrita, te callas, y no me contestas diciéndome que me tienes que dar otro: o no tienes ganas o te da miedo el que hablen de tí, o finges como las solteronas que desearían casarse con todos los hom­bres del mundo. Me gustaría que fueras más sincera para estas co­sas, que no te calles nada de lo que sientes y piensas. ¿O tú, cuando piensas en mí, piensas solamente para rezar? Me supongo que no; ni tú eres una santa, ni quiera el diablo que lo seas nunca, ni yo tampoco. Por lo tanto, es una tontería de las más grandes el pasarse la vida martirizándose de tanto desear una cosa y no satisfacer ese deseo pudiendo. Tengo muchas ganas de que me digas sencilla­mente, como la cosa más natural del mundo: Miguel, quiero darte un beso. Sin preocuparte de lo que la gente ha de decir si te ve, porque eso es hacer lo que la gente quiere y no lo que a uno le sale del alma o del cuerpo. ¿Me entiendes, queridísima Josefina? Pues no te hagas la pava y habla sinceramente de una vez.

  Cuando  Miguel llegó a Orihuela parece ser que le dio el beso prometido en la carta a Josefina, pero en la mejilla, que por su educación religiosa y civilera (hija de una guardia civil) era muy vergonzosa y tan santa que eso de besarse era un pecado y un robo de amor, y menos que los vecinos o la gente pudieran verlos.

De resultado de este desafortunado suceso escribe el siguiente soneto:


Te me mueres de casta y de sencilla:
estoy convicto, amor, estoy confeso
de que, raptor intrépido de un beso,
yo te libé la flor de la mejilla. 

Yo te libé la flor de la mejilla,
y desde aquel gloria, aquel suceso,
tu mejilla, de escrúpulo y de peso,
se te cae deshojada y amarilla. 

El fantasma del beso delincuente
el pómulo te tiene perseguido,
cada vez más patente, negro y grande. 

Y sin dormir estás, celosamente,
vigilando mi boca ¡con qué cuido!
para que no se vicie y se desmande.


Se ve que este rechazo no fue suficiente y Miguel con todas sus artimañas se la llevó a su huerto de la higuera donde había y crece también un limonero para el servicio de la casa.
Esta vez debió ser en la boca, y la reacción de Josefina fue muy violenta y le tiró un limón a la cabeza que le produjo una herida, Miguel escribió el siguiente soneto:

Me tiraste un limón, y tan amargo,
con una mano rápida, y tan pura,
que no menoscabó su arquitectura
y probé su amargura sin embargo. 

Con el golpe amarillo, de un letargo
dulce pasó a una ansiosa calentura
mi sangre, que sintió la mordedura
de una punta de seno duro y largo. 


Pero al mirarte y verte la sonrisa
que te produjo el limonado hecho,
a mi voraz malicia tan ajena, 

se me durmió la sangre en la camisa, 
y se volvió el poroso y áureo pecho
una picuda y deslumbrante pena.

(Sonetos en El Rayo que no cesa, publicado el 24 de enero 1936)

   La relación amorosa se enfrió hasta tal punto que Miguel Hernández se fue a Cartagena y Cabo de Palo con el matrimonio Antonio Oliver y Carmen Conde, se ve que estuvo pretendiendo a la poeta María Cegarra, pues en carta desde Madrid de septiembre de 1935, escribe: “Quiero escribir pronto a María: sé que le haría un bien grandísimo salir de su ambiente mineral y familiar. Comprendo su drama, y sería triste verla envejecer sola en la Unión”. Su hermano el también poeta Andrés había fallecido en 1928. Sin embargo, María no le escribe, pues no está interesada en Miguel. En una carta Miguel le mando este soneto dedicado:

¿No cesará este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita? 

 ¿No cesará esta terca estalactita
de cultivar sus duras cabelleras
como espadas y rígidas hogueras
hacia mi corazón que muge y grita? 

 Este rayo ni cesa ni se agota:
de mí mismo tomó su procedencia
y ejercita en mí mismo sus furores. 

Esta obstinada piedra de mí brota
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores.


 También sucedió que el día de Reyes de 1936, lo detuvo la Guardia Civil en San Fernando del Jarama (Madrid, hoy San Fernando de Henares), por indocumentado, pero según Camilo José Cela estuvo en el campo haciendo manitas con Maruja Mallo.  Ella era una mujer experimenta, ocho años mayor que Miguel. Esta relación acabó rompiéndose. Miguel se sintió engañado, burlado como un toro, y escribe este soneto a finales de 1935:

Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto. 

Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo. 

Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro. 

Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.


   En la Navidad de 1935, muere Ramón Sijé, y Josefina Fenoll  la novia de Sijé, la panadera, hermana de Carlos Fenoll, queda libre.  Miguel intenta tener una relación con Josefina, le escribe un “Segunda Elegía a Ramón Sijé”, dedicada a la panadera “del pan más trabajado y fino” donde claramente le pide que se arrime a él. La elegía se la manda en una carta a Carlos Fenoll. Pero esta no le hace tampoco caso y se ennovia con Jesús Poveda, que luego sería su marido.
Elegía a la panadera (No se publicó en “El rayo que no cesa”).
Tengo ya el alma ronca y tengo ronco
  el gemido de música traidora...  
Arrímate a llorar conmigo a un tronco: 

retírate conmigo al campo y llora    
a la sangrienta sombra de un granado 
desgarrado de amor como tú ahora. 

Caen desde un cielo gris desconsolado,
 caen ángeles cernidos para el trigo 
   sobre el invierno gris desocupado.

Arrímate, retírate conmigo:   
vamos a celebrar nuestros dolores  
  junto al árbol del campo que te digo. 

Panadera de espigas y de flores,
 panadera lilial de piel de era,   
   panadera de panes y de amores. 

No tienes ya en el mundo quien te quiera,
  y ya tus desventuras y las mías     
 no tienen compañero, compañera...  
  
   Miguel envió esta elegía a Caros Fenoll, hermano de Josefina, en una carta con la intención de mantener una relación epistolar, pero a Josefina no le gustaba Miguel 
    Sin amores, y ante la falta de candidatas que le gustaran, Miguel escribe a Manuel Mansera Pamies (padre de Josefina Manresa) el 1 de febrero de 1936,  y le pregunta: “Si cree que Josefina todavía puede tenerme algún afecto y no está comprometida con ningún otro hombre, vea la manera de hablarle sencillamente y decirle si está dispuesta a continuar su amistad de mujer conmigo”. El padre le responde al día siguiente diciéndole que no tiene compromiso, y si había algo por perdonar, ya todo estaba perdonado. Iniciaron una relación epistolar hasta que se casaron el 9 de marzo de 1937. No pensamos que Miguel volviera a atreverse a darle un beso furtivo a Josefina, hasta que no fuera su esposa por lo civil, ya que como no había curas en Orihuela no se pudieron casar por la iglesia.

"El rayo que no cesa" y "Silbo vulnerado".

Ramón Fernández Palmeral.
4 de junio 2013