Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

domingo, 3 de julio de 2011

El rayo que no cesa, presencia continua del poeta


La Fundación Miguel Hernández continúa sus actividades tras el centenario
03.07.11 - 00:39 -
JOAQUÍN SANTO MATAS |

La canícula parece incitar a comentarios más frescos e intrascendentes cuando discrepo de tal criterio al hacer posible el verano un tiempo libre que deleite con un ocio constructivo no incompatible con actividades de menor o nulo calado cultural.
Iba a comenzar el título de este artículo con 'Un rayo que no cesa' pero he desistido para que no hubiera quien creyera se trataba de un 'lapsus calami' o peor aún 'mentalis'. Y razones tengo para mis temores porque cuando un peridodista de afamada agencia informativa me realizó unas preguntas básicas sobre la figura de Miguel Hernández que denotaban un total desconocimiento del poeta, al indicarle que había muerto en el Reformatorio de Adultos de Alicante, solicitarme seguidamente le explicara cuál era esa institución y contestarle que la cárcel de la capital, dejó escrito en su reseña que yo le había hablado de su triste muerte en el Centro Penitenciario de Fontcalent.
Pues bien, hace unos días leímos cómo la Fundación Cultural Miguel Hernández acaba de sacar a la luz la edición facsímil por vez primera de seis obras del escritor oriolano, una de las cuales es 'El rayo que no cesa', publicada hace ahora tres cuartos de siglo y generalmente conocida por incluir a ultimísima hora la estremecedora elegía a su amigo Ramón Sijé, «muerto como del rayo» en la Nochebuena de 1935.

Acabo de recibir gracias a la gentileza de Juan José Sánchez Balaguer y Aitor Larrabide, director y filólogo asesor de la Fundación respectivamente, estandartes señeros de esta entidad, los últimos libros salidos de su hornada, 'Epistolario inédito sobre Miguel Hernández 1961-1971 entre Darío Puccini y Josefina Manresa', edición de Gabriele Morelli, prestigioso hispanista italiano, coeditada con la sevillana Espuela de Plata; y 'Tauromaquia teñida de azul. Brindis a Antonio Sarabia 'El Into'. 1910-2010 Miguel Hernández' a modo de catálogo de la exposición de obra pictórica de José Aledo que se clausura en Orihuela el viernes 10 de julio con textos en prosa y verso de diecinueve escritores.
La primera de las obras citadas me traslada a tres décadas atrás cuando leí 'Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández' con ese lenguaje sencillo y coloquial que encontramos en las cartas dirigidas a Pucinni que durante el tiempo de la correspondencia publicará 'Miguel Hernández; vida y obra' y diera a conocer a poetas antifranquistas.

Son precisamente las cuestiones políticas las que Josefina deseó eludir al tratar la obra de su marido. No he hecho todavía más que ojear el libro y elegir al azar alguna de esas cartas pero me ha llamado la atención aquella en la que dice "no escoja Vd. datos donde lo presentan a Miguel un político, que él no era (…). Que no digan tampoco que a mi padre lo mataron en el frente. Que lo dejen quieto si no quieren decir la verdad…". Recordemos que Manuel Manresa Pámies era guardia civil y al poco de iniciarse la contienda, el 13 de agosto del 36, fue asesinado en Elda, donde estaba destinado, de un tiro en la cabeza, fruto tal vez de una equivocación pues hay dudas y diferentes hipótesis sobre cuál fue la causa real de ese crimen frentepopulista que acabó con la vida del suegro de Miguel Hernández por cuanto la Benemérita se mantenía leal a la República que días después de este suceso, el 30 de agosto, cambiaría oficialmente su nombre por el de Guardia Nacional Republicana.
Tanto durante el franquismo como en democracia Josefina Manresa ha querido desligar la grandeza literaria de su marido, que le dedicó 'El rayo que no cesa' «a ti sola», de su militancia política a la que otros quieren otorgar tanta relevancia al tratar su obra. Al fin y a la postre fue un enorme poeta al que las circunstancias hicieron comunista y no a la inversa.

Sabemos que las fiestas taurinas estuvieron ligadas a Miguel Hernández -«como el toro he nacido para el luto»- archiconocida su colaboración en la enciclopedia taurina de Cossío. Y gozoso es que Pepe Aledo, también arqueólogo, investigador y profesor de Secundaria, nos muestre ahora su pintura colorista, con un profundo toque naïf que a pesar de cualquier circunstancia nos acerca a Gutiérrez Solana en algunas composiciones y a Botero, que por cierto quiso ser torero cuando joven, en su riqueza cromática; y también que ello lo unamos a textos que hablan de Miguel cuya fundación no descansa en su tarea y es el rayo que no cesa para seguir estudiando al poeta alto de miras y grande de sentimientos.


Publciado en "La Verdad", 3 de julio 2011